Vídeo: la granja escuela de Aulas Abiertas

Para las pequeñas escuelas de la sierra de los Andes en Perú, la salud y el desarrollo de sus alumnos, muchos de los cuales viven en situación de pobreza, es muy importante. Aunque muy modestas y aisladas (muchos niños caminan largas distancias para llegar a clase), se esfuerzan por hacer que los niños se sientan en casa. Algunas ya cuentan con nuestra ayuda para mantener sus comedores escolares. Aulas Abiertas provee de alimentos a tres escuelas de Ramoscucho y alimenta a unos 350 niños de la zona. Después de un tiempo de empezar a ayudar a estas escuelas, se nos ocurrió la idea de criar cerditos, allí mismo, a modo de granja-escuela, para que pudieran venderlos y generar ingresos para que sus comedores escolares fueran autosuficientes.

En 2013 empezamos a grabar este vídeo donde César Rojas, director de la comunidad educativa de Ramoscucho, nos explicaba las necesidades que tenían. En aquel entonces, los niños de secundaria no tenían acceso al comedor porque los recursos no eran suficientes y solo los más pequeños disfrutaban de una comida en la escuela. Tenían, explica César, una cerdita que estaba preñada y lista para empezar el sueño de la granja Aulas Abiertas. Pero necesitaban todavía construir unas porquerizas adecuadas para que la cerdita criara y los cerditos pudieran vivir protegidos del frío de Ramoscucho, que está a más de 3.500 metros sobre el nivel del mar.

En julio de 2014 continuamos grabando el vídeo para recoger los avances que habían logrado en ese año. Todos, alumnos, profesores y padres, trabajan para que las porquerizas estén listas para acoger a los cerditos. Además, como explica César, quieren construir una despensa para la comida de los niños y espacio para almacenar la de los cerdos. También quieren tener su propio horno para hacerles pan a los niños dos veces por semana. Nos admira la ilusión con la que todos participan, hasta los más pequeños recogen alguna piedra de camino a la escuela para usarla en los muros de la porqueriza. También que, a pesar de tener tan pocos recursos, se hayan preocupado por el medio ambiente y hayan construido un biodigestor para tratar los residuos biológicos de los cerdos y transformarlos en abono ecológico. Esperamos que os guste el vídeo y que lo compartáis para que quien quiera pueda comprarles un cerdito para la granja-escuela de Ramoscucho. Ya sabéis que desde aquí, y por sólo 50 euros, estaréis ayudando a estos niños. Gracias!