Mamás que no saben leer

Adelaida tiene 30 años y no sabe leer ni escribir. Nunca pudo ir a la escuela pues desde muy niña debió cuidar ganado en su pueblo, San Miguel, y con 15 se trasladó a Cajamarca para trabajar en el servicio doméstico. Actualmente trabaja en un «chifa», restaurante de comida china, desde las 4 de la tarde hasta las 2 de la madrugada por un salario de 320 soles al mes, aproximadamente unos 90 euros.

Adelaida tiene una hija de siete años y, a pesar de sus dificultades, hace 5 acogió a su sobrina de diez años, porque esta había sido abandonada por su madre.

Las tres viven en un cuarto alquilado por el que pagan 80 soles mensuales y Adelaida debe hacer malabarismos para dar de comer a las niñas con los 240 soles restantes.

Nosotras nos hemos propuesto echarle una mano y además de ayudarla con los pagos del alquiler le hemos ofrecido una profe que la enseñe a leer y escribir. Ella ha aceptado feliz y desde principios de agosto acude dos horas semanales a clase. Poco a poco y sílaba a sílaba a Adelaida se le abren nuevas posibilidades de tener un futuro más digno.

Hemos comenzado con Adelaida pero nos gustaría llegar a las 67 madres de nuestra escuela «Aulas Abiertas». Para nosotras, estas madres que aprenden ahora a leer y escribir, son todo un ejemplo.