Once años en Perú en once logros
Mañana ponemos rumbo de nuevo a Perú. Como cada año, y ya van once, nuestra compañera Pilar viaja a Cajamarca para gestionar los comedores escolares que ya están en marcha, evaluar las nuevas necesidades en las zonas en las que trabajamos e implementar nuevos proyectos.
Queremos hacer un repaso de los éxitos logrados a lo largo de estos años y el impacto que el trabajo de Aulas Abiertas ha tenido en la vida de estas personas a las que tenemos la suerte de conocer y ayudar.
1. Mejoras en la alimentación y desarrollo de los niños de nuestras escuelas: por nuestros comedores escolares en Cajamarca, Ramoscucho y la Florida han pasado ya más de 5.000 niños y se han repartido un millón y medio de comidas! Esto les ha permitido compensar las carencias alimenticias que tenían y crecer más saludablemente.
2. Acceso a la educación para niños en zonas muy pobres de los Andes: al proporcionarles una comida en la escuela muchos niños han podido ir a estudiar, en vez de trabajar para ayudar a sus familias. Esto les dará mayores oportunidades de tener un trabajo digno el día de mañana.
3. Mayor involucración de las familias en el cuidado de los pequeños: la labor pedagógica no acaba en los niños. Los padres y madres de familia, al recibir ayuda para criar a sus hijos, también se hacen más conscientes de los cuidados que estos necesitan y la importancia de la alimentación y la escolarización. Muchos cocinan y sirven la comida a los niños de forma voluntaria en las escuelas.
4. Derecho a continuar estudiando para las niñas adolescentes: un colectivo muy desatendido entre la población con pocos recursos y que está en muchos casos abocado a la pobreza y marginación. Para darles una oportunidad, las becas de nuestra residencia de estudiantes han ayudado a unas 30 niñas desde 12 años hasta que finalizan sus estudios. Algunas de ellas ya están trabajando y ayudando a sus familias y comunidad.
5. Formación para adultos: a través de nuestro taller de corte y confección seguimos formando a hombres y mujeres que desean aprender un oficio y aspiran a ganarse la vida con sus labores. Esta formación gratuita ha supuesto un antes y un después para muchas personas de Cajamarca.
6. Ayuda sanitaria: hemos tenido la suerte de ayudar a niños con problemas graves de salud que no eran atendidos por motivos estrictamente económicos. Desde cuidados paliativos a una pequeña con leucemia hasta estimulación neurológica y logopedia para una niña con esquizencefalia frontal bilateral, una malformación cerebral poco común.
7. Ayuda a familias en extrema pobreza: cuando conocemos casos como el de Maruja y sus cuatro hijas, que vivían en condiciones difícilmente soportables y sin ninguna ayuda, buscamos la manera de mejorar su situación.
8. Iniciativas de emprendimiento para las escuelas: con el objetivo de hacer que los comedores de las escuelas de Ramoscucho lleguen a ser independientes y se auto-abastezcan, hemos creado una red de granjas de cerditos en las escuelas. De esta manera, los niños pueden aprender a cuidarlos y ver cómo se crían, y con su venta, las escuelas generan sus propios ingresos.
9. Mayor implicación de los profesores: muchos de ellos trabajan de manera voluntaria para atender los comedores de los niños y construyendo las porquerizas.
10. Seguimos ampliando nuestra red de comedores escolares: este año hemos llegado a Catán, a cuya escuela acuden 50 niños.
11. Implicación de las instituciones locales: buscamos continuamente colaboraciones con distintos estamentos públicos para que se involucren en el cuidado y protección de la infancia. Este año hemos conseguido que la municipalidad de la Libertad de Pallán (Ramoscucho) nos cediera materiales para la construcción de las porquerizas.
Así que ánimo un año más. A seguir luchando por los derechos de la infancia y seguir sumando logros a esta ardua tarea que es conseguir un mundo mejor. Entre todos ya lo estamos consiguiendo cada día. Gracias por vuestro apoyo. Os tendremos informados puntualmente desde Perú.