Heredarás el aire

El edificio de la imagen no ha quedado así tras sufrir un terremoto. Este es el estado actual de la vivienda que comparten varias familias.

En Cajamarca es habitual empezar a construir una casa y ocuparla mucho antes de que esté acabada. En ocasiones, se queda así durante años, y se va completando cuando se puede, con más amor propio que ladrillos. 

La casa de la imagen no tiene fachada porque está a la espera de que construyan otra delante. De esa manera, se ahorrarán una pared.

Mientras esta no llega, sus vidas están al descubierto y nuestros ojos indiscretos no dejan de asombrarse ante este «hogar a medias». 

Muchos niños de nuestra escuela viven con sus padres en habitaciones alquiladas y comparten cocina y baño, si lo hay en la vivienda, con los ocupantes del resto de las habitaciones. Otros viven en casas construidas con maderas y cartones, o en casas de adobe o de tapial.

En la mayoría de los casos carecen de servicios higiénicos básicos. Además de no tener luz eléctrica, es frecuente que tengan que salir a buscar agua en las fuentes más próximas a sus casas, o comprársela a algún vecino que sí disponga de ella.

Por ello, cuando una familia consigue hacerse  con una propiedad que pueda llamar suya, empieza a vivir en ella aunque no esté terminada. Llama la atención de estas casas que ninguna tiene tejado. Y es que sus propietarios dejan preparado el techo para que sus hijos puedan construir su casa en el futuro.

El aire es su única herencia. Si llegan a construir una vivienda encima de la de sus padres será todo un triunfo. Confiamos en que muchos de nuestro alumnos lo consigan y esperamos ayudarles a construir un futuro que no esté sólo hecho de «aire».